domingo, 25 de noviembre de 2012

Sofía Pu Quero se alza con el tercer premio en el IV Certamen Literario 25 de noviembre, del Ayuntamiento de Madrid


Premio para el alumnado de 4º curso de Educación Secundaria Obligatoria.

Bajo el lema "El silencio es cómplice de la violencia hacia las mujeres... ¡Exprésate!", la presente convocatoria tiene como finalidad sensibilizar al alumnado acerca de la necesidad de prevenir la violencia que se ejerce hacia las mujeres, identificando los comportamientos abusivos normalizados en las relaciones de pareja y potenciando otras formas de relacionarse que integren valores de igualdad, autonomía, respeto y responsabilidad.


GRACIAS A TODAS LAS PERSONAS QUE DEDICASTEIS VUESTRO TIEMPO A COLABORAR PARA APORTAR NUESTRO GRANITO DE ARENA LITERARIO A TAN NOBLE CAUSA

Sofía Pu Quero ganó con este magnífico relato:



Crisantemos

Todos los domingos voy  al Retiro con mi padre, nos gusta pasear, montar en las barquitas, disfrutar del aire puro. Me compra un helado, me invita a pipas, otro helado, más pipas…  Eso sí, no intercambiamos ninguna mirada, palabras las justas, miramos al suelo, nos come el silencio.
De repente me suena el móvil.
-Sí, mamá, estoy bien. En el Retiro, dando una vuelta.  Volveré pronto. ¿De cenar? Me da igual. Besos, te quiero.
Papá me mira. Sonríe.
-¿Es ella, verdad? ¿Qué quería?
-Sólo quería saber si estaba todo bien.
-Tu madre siempre preocupada por ti, ¿cómo no vas a estar bien con tu padre? Debería confiar más en mí, es algo que nunca ha hecho y me llena de rabia. Sigamos caminando.
Me pide que espere en el banco sin moverme un momento, quiere saludar a un amigo, tardará poco. Espero y espero, tarda demasiado, se me ocurre ir a casa, puesto que no está muy lejos. Le llamaré luego y le diré que me aburría y estaba oscureciendo.
Camino, voy pensando en el examen de Ciencias Sociales, ¿me lo sabré? Estoy nerviosa, dentro de mí tengo la sensación de que algo falla, la oscuridad, no hay nada que odie más que caminar sola por un parque donde los recuerdos me embargan. Papá no vuelve, siento un escalofrío que no puedo controlar, las manos me sudan, aunque hace frío. He llamado a mamá para que venga a buscarme y no me coge el teléfono. Sigo, llego. Ambulancias, policías, gente mirando. Subo corriendo, con el móvil en la mano sin parar de temblar. Mi casa está abierta, mamá no está.  
Por eso hoy estoy aquí con las flores favoritas de mamá en la mano, llorando y lamentando el silencio del que yo misma he sido cómplice todos estos años.